miércoles, 24 de abril de 2013
UN MAYA CON BARBA
Me invita Nacho Ares, gran amigo de siempre, a su programa SER HISTORIA para que hablemos un rato de Gonzalo Guerrero, personaje extraordinario que ha llegado a su conocimiento y por el que se ha sentido atraído de inmediato. Le digo muy brevemente cuál fue la peripecia americana del militar andaluz, y, en la conversación, grabada y off de record, surgen multitud de enigmas que hacen todavía más singular y apasionante la vida de este hombre. Por ejemplo ¿cómo entender que un belicista hispano, que había participado en guerras incesantes e importantes, se sometiera tan de buen grado a las condiciones de la esclavitud en Yucatán? ¿Cómo justificar solamente por la mujer y los hijos, como hacen los comentaristas españoles, entre ellos su compañero de cautiverio Jerónimo de Aguilar, el apego hacia los mayas que acabó sintiendo, sobre todo cuando esos mismos mayas habían sacrificado y devorado a varios de sus compañeros de naufragio? ¿Cómo explicar que se desentendiese tan fácilmente de la religión católica, que sin duda fue un pilar en que apoyarse en los duros años de sumisión y trabajos forzados, mientras veía cómo iban muriendo por las duras condiciones las otras personas que alcanzaron la costa del área maya? En otras palabras ¿fue Gonzalo Guerrero un español valiente que se puso del lado de los más débiles frente a la rapiña de los conquistadores? o ¿fue, por el contrario, un individuo débil y pusilánime que procuró a toda costa sobrevivir, aunque eso supusiera aceptar el servilismo extremo al que fue sometido? ¿Hay honor o deshonor en su comportamiento? Es indudable que con él se inaugura el mestizaje en América, es indudable que murió luchando contra sus compatriotas y a favor de los indígenas centroamericanos, es indudable que su atuendo y costumbres fueron finalmente los de sus amos, excepto la barba que, al parecer, siempre lució. ¿Podemos hablar aquí del primer caso conocido en América de "síndrome de Estocolmo", donde el prisionero acaba participando de las ideas y propósitos del secuestrador? Tal vez desentrañar esos enigmas sea tarea conjunta de los historiadores y los psicólogos. En cualquier caso, Gonzalo Guerrero bien merece una superproducción cinematográfica, algo igualmente cierto para tantos españoles que participaron de la colosal empresa del descubrimiento y conquista del inmenso continente.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario