FIRMA DE LIBROS

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DRAGONES

DRAGONES
Dragón en un vaso maya

jueves, 17 de noviembre de 2011

LO REAL Y LO NO REAL

Dice Ania en su comentario a la entrada sobre la relación de mayas y extraterrestres que estos, los extraterrestres, son tan reales como los dioses, los duendes y los trolls (y los elfos, y los zombis, y tantas otras categorías de seres extraordinarios), producto de la imaginación. Contra esa opinión podrían alzarse multitud de citas bibliográficas, decenas de relatos de testigos, gran cantidad de experiencias inexplicables y otras cosas. Quiero decir que lo real y lo no real son conceptos poco científicos, por más que los científicos los utilicemos un dos por tres. Para un maya yucateco los aluxes son tan reales como su milpa o su casa, y si lo son para él deberían serlo para mí si es que pretendo entender o explicar su mundo. Lo mismo sucedía con los dioses prehispánicos. E igual cosa habría que decir de los campesinos medievales respecto a las brujas, el demonio o los fantasmas. Y digo medievales por decir algo, sólo con rascar un poco la superficie de cualquier conciencia actual encuentra uno toda clase de seres raros. La fe no es una convicción, la fe verdadera es una sensación, una experiencia vital, y por ello debe ser considerada, como tal y con todos los elementos que la componen, un producto absolutamente real, descriptible y hasta mensurable. La imaginación es otra cosa.

jueves, 3 de noviembre de 2011

El enigma del 378

Decía yo en mi otro blog que Teotihuacan impuso su poder incontestable en el área maya a finales del siglo IV. Pero ¿cómo fue posible tal cosa? Por ese tiempo los estados mayas habían surgido con fuerza, incluso alguno ya había entrado en declive, las guerras debían ser frecuentes, y existían los mecanismos de agresión y defensa. ¿Cómo es posible que un ejército procedente de tan lejano paraje en el altiplano mexicano, sin posibilidades reales de controlar su retaguardia y con larguísimas líneas de aprovisionamiento, se hiciera el amo de Tikal y Uaxactún, y El Perú, y seguramente otros muchos lugares de las selvas del sureste de Mesoamérica? ¿Y quién era el misterioso Búho Lanzadardos del que tanto se habla en las inscripciones? No creo que fuera el rey de Teotihuacan, como dice Stuart, pues no parece que haya muchas huellas de su presencia en la gran metrópoli, ni un solo retrato, nada. Tal vez un caudillo militar, o el decano de una asamblea de nobles. Somos tan ignorantes sobre el sistema de gobierno de Teotihuacan que todo lo que se diga al respecto no es otra cosa que especulación. No hay allí inscripciones dignas de tal nombre, y no hay, como sí sucede en los Andes, crónicas coloniales utilizables. Así que este misterio se resiste a ser descifrado. O los mayas son más explícitos en futuros hallazgos de textos, o encontramos una espléndida tumba en Teotihuacan con algún signo revelador, o me temo que no vamos a saber nunca lo que ocurrió realmente en el 378, y por qué ocurrió, y quienes fueron los protagonistas del acontecimiento (más allá de Siyaj Kak y Garra de Jaguar) y cuál era su papel en el escenario político mesoamericano del siglo IV. Aunque, desde luego, sí apreciamos claramente las consecuencias de todo aquello.