martes, 26 de enero de 2016
Con mi amiga Rosa
Mi amiga Rosa Martínez de Codes, que es catedrática de Historia de América en la Universidad Complutense, me llamó hace unos días para pedirme que colaborara en un máster (horrible palabreja) donde pensaba que estuvieran algunos jubilados cuya vida actual, más o menos en la sombra y al margen de los vericuetos académicos, al menos universitarios, le parecía un tanto injustificada. Gran persona, Rosa, había pensado en los viejitos aburridos o abandonados por el sistema universitario vigente, aunque muchos de ellos se las han apañado para seguir dando sus charlas o escribiendo en revistas o publicando incluso sesudos librotes de sus especialidades. Fui a la Complu y hablé de lo que más me gusta, la religión de los mayas antiguos, a un auditorio heterogéneo -cosa frecuente hoy en las aulas de las facultades- parte del cual seguramente era la primera vez que oía mencionar el asunto. Lo pasé muy bien y se lo agradezco a Rosa. Una de las cosas más bonitas fue cuando uno de los oyentes, al terminar yo de hablar, apareció con los tres libros de la trilogía Bolnak, el maya y me pidió que se los firmara afirmando que le habían gustado, especialmente el segundo, el titulado El ocaso del rey serpiente. En fin, todo esto demuestra una vez más que las autoridades educativas hacen mal mandando a sus casas a profesores e investigadores que todavía pueden decir muchas cosas interesantes a los estudiantes, y que gozan, a Dios gracias, de una salud aceptable y una cabeza que funciona. Es un despilfarro y una estupidez, pues esas personas tienen a menudo la experiencia y el saber acumulado como para aportar mucho a las generaciones jóvenes, aunque hayan cumplido ya los setenta. Pero de despilfarros y estupideces está repleta, por lo general, la agenda de nuestros políticos.
martes, 4 de agosto de 2015
¿LA MADUREZ?
Hace unas semanas fui invitado a participar en una mesa redonda en la Universidad Complutense de Madrid. Se trataba de hacer balance sobre la introducción y la evolución en España de las teorías y métodos en torno a la llamada Nueva Arqueología. Me llamaron porque en los años 70 y 80 del pasado siglo publiqué algunos artículos que se pueden incluir en esa tendencia, y porque traduje para Alianza Editorial un par de libros directamente relacionados. En ese tiempo nadie sabía en nuestro país de tal enfoque y mis libros causaron una cierta conmoción. La mesa redonda transcurrió con normalidad y mis amigos y colegas elogiaron mi papel en el avance de la arqueología española; al final del acto tuve que reconocer que ahora estoy muy distante de todo aquello, de hecho cada día me interesa menos la teoría, y todavía menos la práctica de campo, sólo me fascina aún el proceso y las vías de interpretación de los materiales, y eso al margen de modelos teóricos, sino sencillamente por el camino de la lógica, la intuición y las comparaciones con situaciones similares en otros lugares o épocas. A eso le añado mi dedicación a la literatura, creo que desde el esfuerzo reflexivo que el escritor hace para plasmar situaciones ficticias pero basadas o enmarcadas en hechos históricos, es muy posible arrojar luz abundante sobre la vida en la antigüedad, que es de lo que se trata con la arqueología.
viernes, 13 de marzo de 2015
Cosmogramas en el urbanismo
Oxkintok es una típica ciudad clásica de Yucatán. He pensado siempre que es un excelente ejemplo de urbanismo cosmológico. He dedicado algunas páginas en artículos y libros a discutir esa cuestión. Lo que quiero ahora subrayar es que tal característica aparece también en otras áreas del mundo antiguo o tradicional. En ausencia de textos mayas equivalentes a los shastras hindúes, que establecen la relación entre ciudades y mandalas, podemos utilizar la organización de la urbe para especular sobre esas posibilidades. En Oxkintok dos grandes grupos marcan, enfrentados, los extremos del mundo: el Grupo Norte, o Donato Dzul, y el Xanpol o Grupo Sur. Como en la ideología religiosa hindú, parece que el crecimiento de los grupos sagrados, y el de la ciudad toda, se ajustó al movimiento opuesto a las agujas del reloj, de sur a norte y de oeste a este. Desde luego, son varios los autores que han defendido la hipótesis del cosmograma urbano con mayor o menor cantidad de argumentos y pruebas, y también son otros los lugares donde se ha demostrado todavía con mayor claridad esa asociación, como en Camboya. Quiero decir que un buen estudio del urbanismo maya debe pasar primero por un análisis arqueoastronómico, y después por un planteamiento comparativo en profundidad. Los arqueoastrónomos han estado ya en muchas ciudades mayas, en Oxkintok estuvo Iván Sprac. Sus conclusiones suelen avalar mis conjeturas y las de algunos de mis colegas.
martes, 9 de diciembre de 2014
UN LIBRO
Ya está en las librerías mi último libro. Se titula LA RISA DE IXMUKANÉ y trata un episodio especialmente significativo del ciclo de mitos cosmogónicos conocido por el nombre de Popol Vuh, cuando la diosa Ixmukané no puede reprimir las carcajadas ante la visión de sus nietos convertidos en monos y haciendo cabriolas delante de ella. Esa reacción es el anuncio y desencadenante de un profundo cambio cuyas consecuencias desembocarían en la creación del mundo actual y de la humanidad maya. He enfocado el acontecimiento desde el punto de vista de la Historia comparada de las religiones, con la idea de probar que la risa es un agente cultural enormemente potente. Como en la serie de libros anteriores que denomino "umbrales del inframundo": Laberintos de la Antigüedad, Espejos de poder, y Dragones y dioses, en La risa de Ixmukané (Miraguano Ediciones, Madrid 2014) hay datos de muchas civilizaciones y de distintos períodos históricos, y he procurado emplear un lenguaje asequible y ameno.
martes, 2 de diciembre de 2014
OTRA NAVIDAD
Un año más. El siglo XXI avanza con paso decidido jalonado por las fiestas y los rituales que señalan precisamente la existencia de ese tiempo que nos va gastando sigilosamente. El año que viene será muy interesante en España, hay elecciones y la política anda últimamente muy revuelta. La gente está muy enfadada con los partidos grandes que han gobernado el país desde que murió Franco; además de su inoperancia se les culpa de la crisis económica y de la avalancha de corrupción que amenaza con engullir cualquier otro avance o logro. España ha atravesado los mejores 35 años de su Historia, nunca había tenido eso que llaman un "estado del bienestar", con sanidad (buena) gratuita y con educación (mala) también gratis, con un desaforado consumismo, millones de coches, televisores, teléfonos móviles, ordenadores y demás artilugios electrónicos, vacaciones y fiestas para todos, carreteras llenas de viajeros de fin de semana y puentes, en fin, lo que querrían tener para sí los pueblos de África, por ejemplo. Para darse cuenta cabal de los cambios hay que tener más de sesenta años, cuando yo era un adolescente nada de eso existía. Y, sin embargo, la gente está muy muy enfadada, y dispuesta a no votar o a hacerlo a partidos radicales, extremistas, separatistas, o a los que no tienen ninguna experiencia y proponen medidas disparatadas. ¿Qué ha sucedido? Pues lo mismo que le sucede al niño que ha tenido toda clase de caprichos, satisfecho, mimado y acostumbrado a lo fácil, de pronto se hace adulto y ya no le caen las cosas del cielo, tiene que esforzarse para lograrlas, y llora y grita, y odia a todos, sus padres los primeros. Los españoles han abierto los ojos y se han dado cuenta de que los políticos son corruptos, que muchos empresarios lo son también o tratan de explotar a los trabajadores y lucrarse sin medida, que la justicia no es igual para todos, que hay mil y un defectos en esta democracia modesta y precaria que tenemos. Lástima, no se trata de echar abajo un edificio que nos ha alojado muy bien porque le hayan salido grietas, sino de rehabilitarlo procurando que no se nos caiga encima. Mientras tanto celebremos la Navidad, que siempre es símbolo de alegría y amor. Después, en 2015, ya veremos. ¡Felicidades!
miércoles, 3 de septiembre de 2014
Se hace camino al andar
El lunes 8 de septiembre de 2014 se va a inaugurar en Valencia una exposición que hace honor a la fama quijotesca que tenemos los españoles. Cristina Vidal y Gaspar Muñoz llevan muchos años lidiando con toda clase de pegas, obstrucciones, dificultades y sinsabores, para sacar adelante sus proyectos de investigación arqueológica, restauración y formación en la defensa del patrimonio cultural en la región del Petén, en Guatemala, concretamente en los yacimientos de La Blanca y Chilonché. La turbia burocracia de los países latinoamericanos, las escasas ayudas económicas de las instituciones españolas, nada de eso les arredró, nada de eso frenó su deseo de hacer algo por la ciencia, el americanismo, la mayística y el patrimonio de la humanidad, de cumplir sus vocaciones como arqueólogos, arquitectos y personas del siglo XXI, solidarios, inteligentemente cooperantes en el desarrollo del planeta. Y, como es natural, tal empuje, tal constancia, han dado espléndidos frutos que se verán ahora al completo por primera vez en la exposición valenciana: una estupenda arquitectura en La Blanca, una decoración en estuco y unas interesantísimas pinturas murales en Chilonché, e inscripciones jeroglíficas, y avances en los enigmas del hundimiento de la civilización maya clásica. Mi profundo respeto por estos investigadores y por todo su equipo, mi apoyo y gratitud.
martes, 22 de julio de 2014
VERANO DEL 14
Con tantas cosas como bailan a mi alrededor empiezo a ser perezoso para escribir las entradas de mis blogs. Ahora que ya me he jubilado compruebo que tengo menos tiempo, que las horas apenas me rinden, que el malvado Cronos se empeña en correr como un galgo. Muchos me preguntan si ahora descanso a mis anchas, si hago todo aquello que antes no pude hacer, la respuesta es no, los días se me pasan sin sentir y los libros y revistas se amontonan en mi mesa sin que logre darles salida. Además, voy seleccionando lo que hago con ojos de avaro del tiempo, sólo leo, por ejemplo, lo que creo esencial y lo que me produce placer, y eso excluye muchos tediosos informes arqueológicos, escritos tan mal que causan repulsión, y que tampoco añaden nada nuevo a lo que ya sabemos. Rayos y truenos, a estas alturas todavía hay que gritar aquello de que no es arqueólogo el que excava y describe lo encontrado, sino el que lo interpreta correctamente y hace avanzar el conocimiento antropológico de la cultura de que se trate, o al menos plantea buenas hipótesis, sugiere caminos diferentes, expresa dudas y hace reflexionar a los colegas. Hace calor en Madrid, aunque no tanto como otros veranos.
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